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Monseñor José Manuel Santos Alcarza

Nació en Llay Llay el 2 de abril de 1916. Hijo de Quintín Santos Fernández y Manuela Ascarza Galilea. Del clero de Valparaíso.

Estudió Filosofía en el Seminario de Santiago y Teología y Derecho canónico en la Universidad Gregoriana, en Roma. Doctor en Filosofía en la Universidad Gregoriana, en Roma. Licenciado en Teología y Derecho canónico.

Fue ordenado sacerdote en Roma el 7 de diciembre de 1938 por Mons. Pascuzzi.

Fue Profesor y Director espiritual en el Seminario de Valparaíso, profesor en la Universidad Católica de Valparaíso, notario eclesiástico del Obispado y asesor de la Acción católica universitaria.


El Santo Padre Pío XII lo eligió Obispo de Valdivia el 21 de septiembre de 1955. Fue consagrado en Valparaíso el 4 de diciembre de 1955 por Mons. Sebastiano Baggio, Nuncio apostólico. Co-consagrantes fueron: Mons. Rafael Lira, obispo de Valparaíso, y Mons. Manuel Larraín, Obispo de Talca.
Su lema episcopal es: Dominus fortitudo mea.



Tomó posesión de la diócesis el 12 de diciembre de 1955. Sucedió a Mons. Arturo Mery, promovido a la sede titular de Fasi, en 1955.


Administrador Apostólico de Osorno, desde el 9 de febrero de 1956.


El Papa Juan Pablo II lo promovió al Arzobispado de Concepción el 6 de mayo de 1983. Tomó posesión del arzobispado el 17 de junio de 1983. Sucedió a Mons. Manuel Sánchez, quien había renunciado por razón de edad.


Recibió el Palio el 29 de junio de 1983. Tuvo como Obispo auxiliar a Mons. Alejandro Goic, a partir de 1983.


El mismo Papa le aceptó su renuncia al Arzobispado, el 28 de julio de 1988, y posteriormente se retiró al Convento carmelita de Nuestra Señora del Carmen de Calahorra, España. Regresó luego a Chile, radicándose en el convento carmelita de La Florida, en Santiago.


Efectuó su primera profesión temporal el 24 de marzo de 1990 y la solemne en 1995. Reside en Viña del Mar.


Hizo la Visita ad limina en 1964, 1969, 1974, 1979 y 1984. Participó en las cuatro Sesiones del Concilio Vaticano II, y en la Conferencia general del Episcopado latinoamericano en Medellín, 1968. Asistió a los sínodos de obispos de 1969 y 1971.

Antigua Parroquia San Ignacio de Loyola Llay-Llay

Ha ocupado diversos cargos en la Conferencia Episcopal de Chile, siendo Presidente de ella en varios períodos. También ha desempeñado cargos en el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y perteneció al Consejo pontificio Cor unum.

 

Desde el momento de conocida noticia del fallecimiento de Monseñor Santos, la iglesia de los padres Carmelitas de Viña del Mar, fue testigo de inmensas romerías de feligreses que querían rendir un homenaje agradecido a don José Manuel.


Don José Manuel fue sacerdote del clero de Valparaíso. Ejerció su ministerio sacerdotal como profesor y director espiritual del Seminario de Valparaíso, profesor en la Universidad Católica de Valparaíso, Notario del Obispado y Asesor de la Acción Católica Universitaria.


En un templo pleno de asistentes provenientes de Valparaíso, Viña del Mar, Santiago y San Felipe, fue celebrada la Santa Misa el domingo 16 de septiembre de 2007, a las 15 horas.


Fue presidida por el Obispo de Valparaíso, Mons. Gonzalo Duarte, por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, el Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Aldo Cavalli, y los obispos Cristián Contreras Molina (San Felipe), Sergio Contreras (emérito de Temuco), Carlos Camus (emérito de Linares), Alberto Jara (emérito de Chillán), Miguel Caviedes (emérito de Los Angeles), Santiago Silva (Auxiliar de Valparaíso), Fernando Chomalí (Auxiliar de Santiago) y Cristián Contreras Villarroel (Auxiliar de Santiago).


En una emotiva homilía, Mons. Duarte delineó los rasgos característicos de Mons. Santos, destacando entre ellos la búsqueda del rostro de Dios, su amor a la verdad, su inteligencia superior puesta al servicio de la misión de la Iglesia, su amor por la espiritualidad carmelitana y sobre todo el haber vivido intensamente su lema episcopal: “Dominus fortitudo mea” (Dios es mi fortaleza).


Destacó el gran servicio prestado a la Conferencia Episcopal de Chile, habiendo sido su Presidente durante cuatro períodos, en circunstancias difíciles de la historia patria.


Duarte, que acompañó constantemente a Mons. Santos durante su estadía en la diócesis de Valparaíso como Carmelita y en el último tiempo de su enfermedad, ofreció un testimonio que es un legado de cómo un creyente debe prepararse para el instante solemne de la muerte. En un diálogo con don José Manuel, Mons Duarte le preguntó:


- Don José Manuel, ¿Usted le teme a la muerte? Y don José Manuel, le dijo: “No. Confío absolutamente en la misericordia de Dios”.


- Don José Manuel, ¿Usted le ha temido a la muerte? Y don José Manuel, dijo: “Sí, cuando era un joven sacerdote”.


- Don José Manuel, ¿desea Usted la muerte? Y don José Manuel respondió: “No es para tanto”.


Una asamblea doliente, irrumpió en fuertes risas de gratitud por un testimonio tan relevante y lleno de esperanza ante la solemnidad de la muerte que nos proporcionó don Gonzalo.


Rodeado por cerca de un centenar de sacerdotes diocesanos y carmelitas, los restos mortales de don José Manuel fueron depositados en la carroza que lo transportaría hasta la arquidiócesis de Concepción donde se realizarán las exequias y será sepultado en la cripta de los arzobispos de la iglesia Catedral.


A las 16,15 horas, la carroza escoltada por motoristas de Carabineros, emprendía su viaje hasta Concepción en medio de los aplausos espontáneos de los centenares de feligreses presentes para agradecer a Dios el regalo de la vida sacerdotal y episcopal de Mons. José Manuel Santos Ascarza.

Antigua Escuela Parroquial de Llay-Llay

La Gracia sobreabundó en el ministerio de Don José Manuel Santos

Diario de mujer

Chile. DDHH


COMO DESCRIBIR A UN SANTO en la persona de Don José Manuel Santos Ascarza, mereciendo el comprender desde la practicidad la encarnación de la palabra que da vida siguiendo al evangelio. De traer a Cristo liberador para dar vida al oprimido. No olvidemos quienes siendo cristianos, todos estamos llamados por voluntad y sin merecimiento, por pura gracia y misericordia de nuestro Padre obrar con hijos auténticos, no de papel sino de acción.


Somos testigos de Jesús, debemos en vida hacer efectivo este
compromiso amoroso, sembradores de la amistad en Cristo tal cual a lo largo de su vida lo llevó Don José Manuel.


Nos encontrábamos en una tibia mañana en el interior de la imponente Catedral de la Santísima de Concepción, percibía entre los asistentes actitudes serenas, contemplativas, rumiando en el silencio de nuestros corazones a Monseñor; reconociendo en su humildad, obediencia y observancia la encarnación del Evangelio; con los ojos fijo en Cristo, la de examinar siempre los hechos desde la verdad que trae Cristo al mundo.

Capilla Vichiculen Llay-Llay

La catedral de Concepción junto a su pueblo fue testigo permanente del sufrimiento en tiempo duro en los 80s.


Nuestro Pastor la conducía haciendo frente al peligro y la adversidad por salvaguardar al ser humano como sea; era quien tomaba lo que se creía indefendible y hacia frente al sistema opresor, nunca lo hicieron callar más no consiguieron amedrentarlo por comprometerse en la defensa de los injusticiados, debido a las persecuciones del opresor. Nunca se le pudo comprobar que mentía cuando alzaba la voz en las cortes de justicias; en los medios, etc.


Él se lo pudo jugar y fue el todo por el todo.


Recibió sanciones morales dentro de la misma iglesia, cómo podía este pequeño gran hombre desacreditar el actual de los militares y seguir discutiendo en contra de sus malos actos, inquietud permanente en su episcopado en Concepción fue la defensa de los Derechos Humanos, incomprendido por la curia y parte del pueblo católico.


Al oír a Monseñor Goic, tan emocionado, dejando ver su sentir, no tenía porque ocultarlo; dijo en la homilía que Don José Manuel cierta vez escribió: Para ser pastor necesito conocer a todas la ovejas de mi rebaño, sino lo hacia es porque no sabia amar… Y VAYA QUE SUPO AMAR.

Capilla Santa Teresa de Llay-Llay

Santos practicó el hacer decir y actuar constantemente.


La pasión central de este fue el estar fuertemente CONVENCIDO lo bien amado por Jesús, como San Pablo, pregonaba el Sr. Como un servidor de Jesús, para eso el había nacido y ser un preparado para esta misión sobretodo en el 83.


Hombre de fe viva, de oración diaria y perseverante por Cristo.
Goic nos decía que Santos tal como se pide en la última conferencia general del CELAM en Aparecida QUE CUANDO UN CONOCE A Cristo es el mejor regalo que cualquier humano pueda recibir y esta buena nueva de todos modos darla a conocer claro así fue.


¿Cómo no gritar a toda voz que Cristo vive al contemplar la fuerza y la osadía de muchos solo defendiendo a los que son aplastados y humillados, a los pobres marginados y desplazados de la sociedad?


Esa fuerza es la del Espíritu de Jesús Resucitado siempre nos indicará como caminar en Cristo y ser generadores de vida en este mundo.


Esa es la de nuestro querido peregrino, se nos ha ido a la casa del padre, pero el fundió su existencia mostrándonos que un mundo mejor puede ser posible si somos capaces de llegar al mundo con las armas del buen Padre a través de su misericordia con la verdad de los hechos.

Capilla Las Masas de Llay-Llay

Ante Cristo crucificado y resucitado manifestamos que el creyente constantemente confía en la justicia superior que no está deshonrada por el provecho y la soberbia de los poderosos sino garantizada por un Dios Creador que atenderá la súplica de los fieles; que levanta del polvo al oprimido y de la basura al infortunado; que la negación junto al fracaso se convierte en victoria y el rechazo en acogida.


No obstante es ley divina denunciar lo injusto, lo que nos oprime y nos crucifica.


Santos , repito lo hizo, nos deja un legado que nos abre a la luz de la fe la esperanza contra toda desesperanza; tenía hambre y sed de justicia, asimismo pureza de corazón.

Fue capaz de entregarse obedientemente al Padre; dispuesto a morir por amor a los hermanos y no pretendió bajarse de la cruz para salvarse , estuvo dispuesto a morir, no sólo a manos de los que decían ser enemigos sino a favor de ellos; para que descubrieran que el amor puede lavar su odio y rescatarlos de su maldad que para construir un mundo fraterno y equitativo; fue un obispo dispuesto a perdonar y a reemprender frecuentemente el difícil camino de la reconciliación en nuestro país, pero nunca en el silencio cómplice frente a la injusticia, sino en la palabra que proclama que la violencia no tiene futuro; pues la agradable concordia, la paz entre los hombres son los consecuencias de un diálogo compartido que busca el derecho que todos tenemos de existir como distintos y desiguales sin anularnos, despreciarnos o aplastarnos unos a otros.

Capilla Las Peñas de Llay-Llay

Goic, mencionó a Gregorio de Magno Doctor de la Iglesia Latina quien indicaba que hay pastores prudentes que no se atreven hablar de la verdad por no querer apartarse de sus fieles.


Pero Santos llamó a las cosas como son sin encubrir la realidad ni manipularla.


Este pastor fue un profeta, denunció lo que quebrantaba el plan de Dio., a él se le creyó, sus palabras eran escuchadas con respeto y atención.


Un samaritano de los Derechos humanos, en medio de la oscuridad reflejó la luz de nuestro Señor, con sabiduría e inteligencia, protector de los perseguidos, preocupado por la paz de la Patria.


Un Pastor que liberó a través de su corazón el cariño por su amada iglesia para darnos vida en Cristo.


Un defensor de la dignidad humana, de la sagrada vida sencillamente Cristo vivió en Él. Gracias por tu paso amado peregrino José Manuel Santos Ascarza.
 

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Creada por JoBraCas/Llay-Llay/Chile/2007
Permitida su reproducción señalando la fuente.