Junto a “Castrito”, un viejito de los buenos, hacía ronda con sus hermanos y amigos junto a un bracero para escuchar todos los días a las 12 del día en la Radio Portales “Lo que Cuenta el Viento” y “Castrito “ les metía miedo con el diablo o el mandinga.

                        1976 sorprendió a JoBraCas vestido de verde oliva cumpliendo con su servicio militar en el regimiento Guardia Vieja, bajo la bota del Cabo Arredondo (Era más malo que el natre) del Sargento Pinilla (Todo un caso, buen militar y mejor persona) del Teniente Espinoza (Creo que era “Fleto”) y del Comandante de la Compañía Cristian no se cuanto, que según se comentaba, había estado en Vietnam peleando a favor de los yankees. Terminó su servicio en el Regimiento Yungay bajo la enseñanza de un extraño suboficial, el sargento Medel, un militar que le enseño mucho a JoBraCas en todo lo que era la vida logística de su compañía. Medel era un personaje difícil de entender, duro, durisimo en el regimiento y blando muy blando fuera de él. JoBraCas siempre ha sostenido que a él le hizo muy bien el servicio militar, de hecho es defensor de este servicio obligatorio por lo que implica su disciplina y vida sana, pero no esta de acuerdo con la doctrina militar. Asi de contradictorio es JoBraCas. En su ojo izquierdo JoBraCas guarda un metálico recuerdo de su paso militar. (En un accidente se le incrustó una esquirla que esta pronto a ser extirpada)

A MADURAR SE HA DICHO (O A CRECER)

                        Una vez finalizado su servicio militar, JoBraCas volvió a su eterno Llay-Llay donde tuvo que ingresar al Plan de Empleo Mínimo durante un buen tiempo. Los tiempos eran malos y había que solamente echar pa’delante y postuló a varios trabajos sin éxito.

                        Por entonces el Secretario Municipal de la época lo invita a integrarse en el Canal Deportivo Vecinal de la Digeder y ahí comienza una meteórica carrera como dirigente deportivo que los llevo a ocupar el Cargo de Presidente  del Consejo Local de Deportes, Delegado Comunal de Canadela, cargo este último que lo catapultó hasta ser nombrado Director Regional de la Corporación Canadela de la V Región, donde en este cargo participó en la fundación  de la actual Asociación Nacional de Fútbol Rural. Fue fundador y de hecho fue en su oficina donde se fundó  la que en la actualidad es la Federación Nacional de Clubes de Huasos.

                        En el cargo de Presidente del Consejo Local de Deportes creó diversas instancias de participación, tales como:

-          Liga Laboral de Básquetbol y Voleibol.

-          Club de Ajedrez Luis Torres Albornoz.

-          Club de Tenis Llay-Llay

-          Club de Handbol Llay-Llay

-          Escuela de Natación.

                        Presidió muchas delegaciones deportivas de Llay-Llay y la región en eventos nacionales en Arica, (Rayuela) Iquique (Básquetbol), Pedro de Valdivia (Voleibol), La Serena,  Coquimbo, La Ligua, Santiago, Quilpué, Talca, Osorno, (Básquetbol), San Felipe, Rancagua, La Calera en Voleibol. Los Angeles, Rio Bueno, Villarrica,

                        Por motivos ajenos a su voluntad (le falto seso y se echo 3 veces Calculo, no pudo con integrales ni derivadas) no pudo terminar su carrera de computación en la extinta U. Técnica, pero si egresó como Analista de Sistemas, (Algo es algo).

                        A inicios de los 80 conoce a su actual esposa con quien tiene una hija igualmente de loca como su padre. Ella estudia periodismo en una universidad de Viña del Mar o Valparaiso.

                        El año 1980, viendo la dura realidad que vivía Llay-Llay, con el coraje e irresponsabilidad de un joven, reúne un grupo de 20 niños de escasos recursos y se los lleva a la playa por una semana con puras donaciones proporcionadas por el comercio de la comuna. Una vez que volvió de ese viaje, estuvo dos días en cama con dolores musculares: la tensión de cuidar a estos niños y cuyas familias le encargaron, le paso la cuenta. Todavía algunos “niños” de entonces, ahora casados y con hijos, recuerdan al Tio Rara, (así le dicen a JoBraCas) a la Tia Patty, a la Tía Rosa y a las cocineras que gratuitamente nos acompañaron.

                        Algunos años trabajando en un Centro de Atención Diurna, marcaron para siempre a JoBraCas, ya no cabía duda, su futuro estaba junto a los niños.

SE DEVUELVEN LOS BOLETOS

                        El año 1995 es fundamental en la vida de JoBraCas, trasladado a la Escuela Agustín Edwards, la misma que lo cobijo en su infancia,  el director de entonces Guillermo Cortés Rivera le entrega un curso muy especial, el 8° Año “B”, un curso que nadie quería y que él acepto de inmediato asumir la Jefatura, sólo dos alumnos se quedaron en el camino, dos alumnos que JoBraCas aún recuerda con mucho cariño y lamenta no haber podido ayudarlos más. Luego de la Licenciatura del Curso, JoBracas las emprendió con sus alumnos y alumnas a una prometida gira de estudios  en tierra Pehuenche, y el destino fue la escuela agrícola de Tranapuente en la comuna de Carahue donde estuvieron una inolvidable semana. “Los Huachos” (así los llamaba cariñosamente JoBraCas quien aún conserva una tarjeta regalada por sus apoderados donde ellos también se refieren a sus hijos como “Sus Huachos”) aún  al verlo le saludan al verlo en las calles o en su RestoBar Havana

                        Sin embargo JoBraCas en aquellos años ya cumplía funciones gratuitas en un colegio especial para alumnos y alumnas muy especiales, La Escuela Brillo de Luna, donde él sólo por el cariño y esa vocación que todo educador debe tener como primera característica en su quehacer diario, lo llevaron a entrenarlos para las olimpiadas Atleticas de la V región, evento del cual la cosecha de medallas era sorprendente, muchos campeones regionales para una escuela con una matrícula tan baja. De hecho se logró obtener dos Vice-Campeones de Chile que bien pudieron asistir a un evento mundial, pero esa es harina de otro costal.